“todas las culturas humanas cocinan; los seres humanos ¡son animales que cocinan!” (p. 19)

Aunque no lo creas, cada vez que vas a preparar una comida estas haciendo experimentos. Quizás no conoces los procesos que están sucediendo, pero al interior de la cocina estas usando ciencia, pero no te preocupes que este libro no está en chino o en algún otro idioma ininteligible. Habrá ciencias, pero explicadas de manera sencilla y no más de la necesaria. Es decir, en éste lo que obtendremos son respuestas a esas preguntas que todos nos hemos hecho alguna vez como ¿por qué lloramos con la cebolla? ¿es efectivo usar gafas tipo nadador para no llorar cuando la picamos?

La curiosidad es la que ha movido al hombre y estamos seguro de que te has hecho varias preguntas, por ejemplo, sobre los distintos tipos de queso, porque hay quesos blancos que tienen un líquido lechoso o porque el queso azul no nos hace mal ¿Por qué la masa del pan se esponja? ¿por qué nos hinchan las legumbres? Pero no solo tendremos respuestas hay dos elementos que nos enamoraron del libro (además de las dudas resueltas, claro): los consejos y los experimentos. Respecto a los primeros, ¿quieres saber cómo preparar el mejor asado y quedar como el maestro o maestra parrillero? Tal vez quieres la receta para elaborar un pan rápido (para hacer los otros necesitas bastante tiempo, pero también vale la pena), tips de cómo hacer que las legumbres nos hinchen menos o la tan esperada respuesta: qué hacemos con las cebollas.

Lo segundo de seguro va a enamorar a nuestros profesores. Nuestros colegas de ciencias podrán tomar nota de los múltiples experimentos más allá del poroto en un algodón mojado, un clásico que no pasa de moda, sin embargo, hay tantas otras posibilidades que merecen la pena. Pero los docentes de historia tampoco se quedarán ajenos a este interés porque para llegar a donde estamos hoy en día con la cocina, sin duda, hubo que experimentar ¿cómo es que se nos ocurrió cocinar los alimentos? ¿Es tan malo el trigo y cuál ha sido su evolución? Así un montón de sucesos que tienen data histórica, ¿sabes de cuando data el pan más antiguo que conocemos? Y tenemos claro que nuestros colegas tendrán una y muchas más anécdotas de las que aparecen a lo largo de este texto y, por eso, podemos ver que se pueden cruzar distintas áreas para trabajar, aunque también es una bonita manera de explicar que la ciencia no solo no nos es ajena, sino que como dice Alejandro Roth, uno de los autores: “Probablemente, la cocina es uno de los primeros lugares donde hacemos los pasos esencia- les del método científico: tengo una idea, me formo una opinión y besándose en ella hago una predicción. Si mi idea es correcta, mi experimento coincidirá́ con la predicción.”

Para finalizar, este libro nos parece ideal para entender que las ciencias son un espacio que está en nuestra cotidianidad, entender lo que sucede al interior de los alimentos cuando los sometes al calor, por ejemplo, nos ayudará a mejorar nuestras prácticas culinarias a entender también el mundo que nos rodea. Este libro es una invitación que, sin duda, enamorará a aquellos curiosos que se hacen preguntas todo el tiempo, pero también es una excelente herramienta para generar un trabajo interdisciplinario en el aula.