“Para los estoicos el objetivo de la vida era la transformación de toda nuestra forma de vida.” (p. 63)
¿Has escuchado de x persona que en una situación difícil actuó de manera estoica? Bueno, Zenón alrededor del año 300 Antes de Cristo, fundó el estoicismo, aunque no fue el primer estoico, pues, en muchos sentidos, se considera como modelo a Sócrates. Pero volvamos a la actualidad, cuando hablamos que alguien actúa de manera estoica, desde el sentido común, lo que se rescata es que es una persona que acepta las cosas como son o suceden y no se las discute o cuestiona (que se reconoce asimismo como alguien que sigue el estoicismo), sin embargo, deja fuera como es que se llegó a esa reacción, como una persona ante una situación crítica es capaz de actuar de forma fría, mientras otros se derrumban. Y es aquí donde el libro nos introduce en el verdadero sentido del Estoicismo como forma de vida basada en fundamentos que van más allá de una actitud que parece pasiva y a veces incomprensible.
En “Estoicismo: Una introducción a la filosofía del arte de vivir” John Sellars nos presenta de manera general esta escuela y lo cierto es que este libro nos hizo reflexionar bastante. Es probable que no todos concuerden con esta corriente filosófica, pero podemos obtener grandes aprendizajes para la vida, a final de cuentas, los estoicos no son filósofos teóricos, ellos viven la vida de acuerdo con la premisa de que la virtud es la que debe guiar el comportamiento humano: “El mensaje primordial de la ética estoica es que nuestra felicidad está plenamente en nuestro poder aquí y ahora, siempre y cuando estemos preparados para ver el mundo correctamente, y que una vez alcanzada, está felicidad jamás podrá sernos arrebatada.” (P 179).
Mucho se ha acusado al estoicismo de ser una corriente solamente práctica que descuida otras aristas de la filosofía, sin embargo, un estoico ha de ser una persona que llega a actuar de cierta manera pero nutriéndose desde el conocimiento y aprendizaje desde tres dimensiones fundamentales: la lógica, la ética y la física, entendiendo que la última está relacionada más bien con las ciencias en general, por lo que considera también aspectos biológicos, por ejemplo, un estoico deberá entender cómo funciona el cuerpo humano a fin de cuidarlo, porque es lo mejor para sí mismo.
“El estoicismo implica, en efecto, complejas teorías en ontología (teoría de lo que existe), epistemología (teoría del conocimiento) y ética, pero estas teorías se sitúan dentro de una concepción muy particular de lo que es la filosofía” (p. 22-23)
Ahora bien, como funciona cada una de estas teorías en la filosofía estoica, A lo largo del libro el autor va explicado y develando su sentido y de cómo su estudio tiene una implicación práctica en la vida porque no existen algo así como estoicos teóricos, ser estoico implica poner en práctica todo lo aprendido y por eso, Marco Aurelio y sus meditaciones son un referente. Él era un hombre de acción, pero en lo que se ha rescatado (una obra privada que escribía para sí mismo) se aprecia una constante reflexión acerca de cómo actuar de manera virtuosa y que se reflejó en sus decisiones.
Una de las mayores complicaciones para comprender el estoicismo es que quedan muy pocos escritos sobre el tema, esto porque ellos hacían reflexiones y estudiaban, pero el funcionamiento de estas escuelas era desde la conversación (similar al modelo de Sócrates, de quien no tenemos ningún texto) y la reflexión en base a las tres fuentes de conocimiento pero, donde se probaba si esto funcionaba era en la vida misma. La idea es que a través de la reflexión y el conocimiento lleguemos a la conclusión de que la virtud es nuestro principal motor. Por otro lado, los sucesos son tal cual, sucesos y no tienen un componente moral, una situación crítica no es buena o mala, simplemente es y, por ello, los estoicos son capaces de reaccionar con “sangre fría”, ellos pueden tener una primera impresión de impacto, pero luego analizarán y comprenderán la situación de manera de no ponerle adjetivos de valor, sino comprenderla en sí misma, es por ello que un estoico reaccionará de una manera ecuánime, pues es capaz de ser imparcial ante las situaciones, por lo mismo, la felicidad dependerá exclusivamente de cada persona.
Para finalizar, les comentamos que hay mucho que decir sobre este libro, podríamos tomarnos una extensión mayor en esta reseña. Por ejemplo, en muchos aspectos no concordamos con algunos principios estoicos respecto, a las categorías de “lo que existe” y de “lo que es real”, sin embargo, hay otros elementos que no solamente parecen sumamente interesantes, sino que se aplican el día de hoy, para entre otras cosas, tratar la angustia. Un estoico se hace cargo de sí mismo y de lo que puede hacer, no de las condiciones externas en las que no tiene control, este principio, de hecho, se usa para controlar la ansiedad (no hablamos de la enfermedad, sino de un momento de ansiedad), en este sentido, los estoicos estaban bastante adelantados en varios temas. Por otro lado, la idea de ser filósofos se entendía en el contexto de que sus reflexiones no solo fueran parte de teorizaciones desarrolladas a partir del estudio, pues lo fundamental es que tuvieran un resultado práctico, pero sustentado en aprender y reflexionar cuyo valor era esencial. De esta manera su actitud se puede asimilar a un actuar de manera fría, sino que más bien es sopesar lo que puedo hacer, lo que está bajo mi control y actuar de la manera más virtuosa. Sin duda, deberíamos aprender un poco de ellos. Si eres de quienes se cuestionan acerca de la vida y buscan ser mejores cada día, este es un libro completamente recomendado.
Séneca “Sugiere que al final de cada día, deberíamos dedicar tiempo a pedirnos cuentas a nosotros mismos y repasar los acontecimientos del día. Deberíamos interrogarnos a nosotros mismos, preguntándonos si hemos permanecido fieles a los principios filosóficos que profesamos conscientemente…” (p.75)
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