[Reseña]: Balmaceda, su gloria y su falta

Balmaceda es sin a lugar a duda un personaje sobre el cual se han escritos ríos de tinta tanto desde la historiografía conservadora hasta la marxista. No ha dejado a nadie indiferente y ha generado pasiones y controversias las que aumentaron tras su muerte. Se ha descrito como un estadista que fue capaz entender la importancia del salitre para nuestro desarrollo como país hasta describirlo como un tirano que solo gobernaba por el poder y la gloria personal. En función de lo planteado se hace difícil encontrar una mirada mesurada y que no esté teñida por prejuicios políticos, históricos, éticos. 

Se plantea entonces el problema de como escribir sobre Balmaceda sin caer en una de las situaciones antes mencionadas. En este sentido se observa que Soledad Reyes, autora de este libro, ha tratado de hacer un esfuerzo por reflexionar sobre este personaje histórico desde la posición del observador ponderado que trata de situar el contexto en detalle, presenta los hechos basado en fuentes históricas primarias, tanto a favor como en contra, y evita entregar un juicio definitivo porque eso lo deja como tarea a cada uno de los lectores que nos adentramos en su fascinante y entretenida obra de historia nacional. 

De acuerdo con lo que plantea Soledad del Villar, Balmaceda tenía de luces y sombras. Su trayectoria de vida política estuvo sostenida por dos grandes ideas, unir a los liberales y engrandecer a Chile, que eran sus obsesiones. Era un gran orador, astuto, inteligente, que manejaba el poder con soltura pues era hijo de una clase social educada para gobernar, por lo que poseía un alto acervo cultural. Al mismo tiempo describe su trayectoria hacia el poder en detalle y como sus posturas fueron cambiando en la medida que iba escalando su carrera política hasta que llegó a ser presidente de la República.  Ahora bien, él se desenvolvió en una época en que el poder presidencial era indiscutible y alcanzaba en términos reales el rango de un monarca, situación definida en la Constitución de 1833. Este sentimiento que era común a todos los presidentes lo ejerció aun cuando era un liberal que tenía ideas contrarias, así que evidentemente era hijo de su tiempo. 

Según señala la autora, la guerra de 1891 fue el “corolario de una larga evolución, la explosión de contradicciones (en su pensamiento político) que venían gestándose hace tiempo” (p.300) y que un conjunto de factores harían que su historia tuviera un final trágico. Esa mezcla entre necesidad de orden y ansias de libertad lo llevaron a desatar pasiones en el contexto político y social que tomaron vida propia para desembocar en el suicidio de Balmaceda. Por supuesto este fenómeno no se podría comprender sin otro personaje clave en el desarrollo de esta tragedia, John Thomas Nort quien defendió sus intereses personales a todo evento, usando la gran riqueza que acumuló con la explotación del salitre y que lo convirtió en el hombre más rico de su época, dinero que le facilitó su intervención y movilización del Senado, la Armada, los mineros del norte, prensa nacional como internacional y sus vínculos diplomáticos con la monarquía Inglesa. Un enemigo de ese tamaño era muy difícil de vencer. 

Dentro de este marco también es relevante señalar de acuerdo con la autora que “Al momento que es elegido presidente de la república el pueblo lo quería y apoyaba. Era el hombre que había puesto a la iglesia en su lugar, retirándola de su vida y de sus hogares. También el que había defendido ante el Congreso a los soldados que habían luchado en Lima, recompensándolos por su valentía. Y su programa para convertir a Chile en una nación industrial era apoyado por el movimiento popular organizado” (p.85).

En definitiva, Balmaceda luchó contra sus propias contradicciones, fue hijo de su tiempo en el tema del poder presidencial del cual hizo uso hasta los límites y finalmente debió enfrentar al mismo grupo social al que pertenecía, pero el cual y como titiritero manejaba John Nort. En función de lo planteado creyó que su política de obras públicas, la extensión de la enseñanza y con la benevolencia hacia los partidos podría gobernar en línea con sus ideas muy personales, pero eso no sucedió y, finalmente, la crisis desató la revolución de 1891. Como lo señala Soledad del Villar en el libro mientras la discusión continúa en torno a esta figura histórica, su memoria sigue y seguirá viva. Nada es definitivo. 

Un libro recomendado para trabajar con los estudiantes de enseñanza media, especialmente, por el uso de abundante cantidad de fuentes históricas lo que le da un gran valor para el análisis y la reflexión crítica.

Título: Balmaceda, su gloria y su falta

Autor: Soledad Reyes del Villar

Editor: Planeta

Año: abril 2023

País: Santiago de Chile

Número de páginas: 311

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