[Reseña]: La casa en el mar más azul

            Linus es un trabajador social que es empleado del Estado y que tiene la vida del burócrata, mucho papeleo y muchas normas que cumplir, las cuales le sientan muy bien porque de alguna manera, Linus es un hombre ordenado. Lo inesperado es que trabaja para un departamento muy especial: el DEJOMA, Departamento para jóvenes mágicos, y es que en el mundo que nos presenta TJ Klune todo es bastante normal, excepto por el detalle de la magia…

            El protagonista es un hombre soltero de unos cuarenta años y con un estómago considerable. No tiene amigos ni pareja, solo tiene a su gata Calíope y él no está seguro de que se lleven muy bien. A nivel laboral está estable pero nunca ha tenido la posibilidad de escalar, desde siempre ha ocupado el mismo puesto, uno que eso sí le gusta, tanto que tiene una copia de las Normas y reglamentos en su casa y también es un trabajador social de vocación, a él de verdad le importan los niños, niñas y jóvenes, por lo que se toma en serio su trabajo de ir a orfanatos y hacer un informe sobre si los niños se encuentran bien cuidados o no. 

            Linus es tan buen trabajador, esmerado, detallista y comprometido, que lo envían a una misión especial nivel máximo de secretismo, lo cual lo sorprende porque lleva tantos años trabajando y jamás ha sido asignado a algo así, sin embargo es el empleado ideal para la misión, pues se necesita alguien capaz de redactar informes meticulosos y detallados, es decir, que observé con detención y dé cuenta de todo a las altas esferas, además de las ventajas de que este soltero, pues se tendrá que ir durante un mes fuera de la ciudad y aunque él no es amigo de partir, tendrá que hacerlo y llegará a una isla que cambiará su vida.

            No sólo porque verá muchas cosas nuevas, pues pasa de la ciudad a un entorno donde abunda la naturaleza, sino porque conocerá a personas que lo dejarán sin palabras. Recordemos que trabaja con personas mágicas, pero aquí estará frente a pesos pesados de la magia, pero también niños, niñas y jóvenes que han sido encasillados y relegados a dicha isla y es aquí lo que más nos gustó del libro. La novela cuenta como éstos viven bajo la lupa por ser quienes son, son etiquetados y temidos sin considerarlos como lo que, realmente, son, es decir, niños, niñas y jóvenes. Podríamos decir que hay dos posturas extremas, quienes estereotipan por lo que no hay ninguna posibilidad de cambio y quienes consideran que la educación amorosa es la vía para construir lo que seremos. Si etiquetamos al niño de desordenado quizás él termine respondiendo a la identidad que le hemos creado, sin dejar que pueda elegir o conocer otras posibilidades. El director de este orfanato cree que no existe maldad intrínseca y que todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a que les dé una oportunidad. 

            “La casa en el mar más azul” trata de muchos temas y nos quedaremos cortos, pero si tuviésemos que remarcar lo que creemos más importante es la inclusión, en este orfanato hay niños muy diversos, pero entre todos son capaces de comprenderse, aceptarse y quererse. Linus es capaz de verlo porque está abierto a observar sin juzgar, aunque no significa que no tenga ideas previas, pero es normal, todos las tenemos, lo importante es que es capaz de identificarlas y abrirse a la posibilidad de conocerlos y eso no sólo transformará a los niños, sino a él y a la comunidad que los rodea. Lo recomendamos para trabajar en los últimos años de enseñanza media y también hay otro asunto que podría interesarles, que tiene que ver con la mirada del autor de la comunidad LGTBIQ+, que no es central en el libro, pero eso mismo puede ser una riqueza para aprender a normalizar que el amor es amor, asimismo como la identidad y la construcción de género tampoco son motivo de discriminación. 

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