“No existen alumnos incapaces de cooperar, solo malas propuestas cooperativas.” (Zariquiey, 2016)
El trabajo cooperativo es una alternativa metodológica que se viene escuchando desde hace años en los discursos educativos de los docentes, de los equipos directivos y desde el Ministerio de Educación como una forma de fortalecer el proceso educativo, sin embargo, no se ha materializado en forma sistemática en el día a día de las aulas y aún sigue como un experimento en algunas unidades educativas con sentido y ganas de innovar.
En este escenario, Elena Alarcón nos señala que el trabajo cooperativo es la mejor opción para que se produzca el aprendizaje significativo porque promueve la necesidad de socialización, el desarrollo del espíritu crítico, el asumir responsabilidades y el aprendizaje se consolida cuando enseñamos a otros (p.27). Esta metodología está a la base de las teorías constructivistas individuales y sociales (Piaget y Vygotsky): Se aprende de otros, pero también con otros.
En el libro se especifica cuando una acción pedagógica se puede definir como aprendizaje cooperativo y propone las siguientes características: tiene que haber una interacción cara a cara, una interdependencia positiva, responsabilidad individual, desarrollo de habilidades de colaboración y procesamiento grupal. A esto suma que el docente debe asumir un nuevo rol: deja de ser “un transmisor de conocimientos entendidos como contenidos de una materia, a ser un gestor del proceso de enseñanza, lo importante es como lo enseña” (p.44). Otro elemento clave es que llevar el aprendizaje cooperativo a la escuela es un proceso complejo que requiere de una planificación detallada y rigurosa en su aplicación, de lo contrario puede generar una gran frustración, tanto en los estudiantes como en los docentes, lo que trae como consecuencia perder una oportunidad de cambio y de mejora de la calidad educativa.
Finalmente, dedica un capítulo extenso al diseño de las estructuras cooperativas de aprendizaje en su dimensión didáctica, momento en que hace la bajada práctica de esta metodología de trabajo: Cómo se estructura una tarea de aprendizaje, considerando la actividad, la meta y las recompensas. Cuáles son las habilidades sociales y habilidades cooperativas por implementar, por ejemplo, conocer a cada persona del equipo y respetarla, controlar los tiempos, escucha activa, integrar ideas diferentes en una única conclusión, entre otras. También da cuenta de las estrategias didácticas para incorporar la cooperación en nuestra práctica docente. Aquí la autora señala métodos que son estructuras complejas y que requieren más tiempo y una formación inicial de los estudiantes. Se aconseja su uso regular como tutorías entre iguales, grupos de investigación, torneos de equipos de aprendizaje entre otros. Y técnicas más simples, que no requieren una formación inicial de los estudiantes, posibilitando situaciones de aprendizaje cooperativas de aprendizaje de pocos minutos al día como, por ejemplo, discusión grupal espontánea, piensa, forma una pareja y comenta, uno-dos-cuatro, Twitter cooperativo, por nombrar algunos ejemplos. Todo lo anterior detallado en este capítulo central del libro entre las páginas 97 y 120 para facilitar su búsqueda.
En síntesis, un magnífico manual sobre el aprendizaje y trabajo cooperativo que funciona como punto de orientación para llevar a cabo esta metodología en el aula. Muy didáctico y en donde se puede advertir los años de experiencia e investigación del tema que tiene la autora. Imprescindible para los docentes y equipos directivos que quieren realizar cambios en sus unidades educativas.
Título: Gestión del trabajo cooperativo en el aula.
Autor: Elena Alarcón Orozco
Editor: Pirámide
Año: 2021
País: España
Número de páginas: 149
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