
La pandemia ha provocado múltiples cambios en la forma de relacionarse, en las práctica de aula y en lo que es la escuela como espacio de aprendizaje. Por ahora, la posibilidad de volver a las clases presenciales es incierta y sin una fecha determinada.
Actualmente seguimos en modalidad online, por ello les compartimos nuevas sugerencias que les podrían servir en su trabajo diario (Revisa la primera parte aquí) y que las hemos tomado del documento “¿Cómo enseñar a distancia manteniendo la cercanía?” Disponible en internet y que en 60 páginas desarrolla una serie de sugerencias, las que les resumimos porque sabemos que hoy el tiempo de los docentes es oro y esta forma de trabajo es demandante.
- Crea un ambiente de cercanía a pesar de la distancia física: desde el uso emoticones en los mensajes, dar ánimo, comunicarse regularmente con sus estudiantes, llamarlos por su nombre en las clases por plataforma y responder en lo posible todos los mensajes con retroalimentaciones útiles y que favorezcan el aprendizaje.
- Planifica el proceso de retroalimentación: genera un espacio para ir señalando fortalezas y lo que hay mejorar, así como la manera de hacerlo. Esto se puede realizar de distintas formas, una de tipo individual como mensajes y comentarios a los trabajos, pero también puede ser grupales mediante sesiones de reflexión sobre la tarea realizada, siempre que existan las condiciones de conectividad adecuadas. Tener en cuenta la metodología de la rúbrica que facilita la retroalimentación y la hace más precisa y efectiva.
- Propicia un ambiente de comunidad en el curso: genera espacios para compartir, como discusiones guiadas, reflexiones sobre lo que les esta pasando y fomenta el desarrollo de tareas en equipos. En nuestro artículo pasado te decíamos que era importante aprovechar los primeros minutos para conversar de cómo están, esa también es una herramienta útil para generar un espacio comunitario.
- Promueve entre los estudiantes nuevas formas de trabajo: en la medida de tus posibilidades, busca ir entregando a tus alumnos mayor autonomía en decisiones con respecto a formas de presentar sus tareas, mayor participación en sus evaluaciones, con procesos dirigidos de autoevaluación y coevaluación. Lo que al final es tener altas expectativas en los estudiantes y un mensaje de que “yo creo en ti”.
- No es el momento de enfocarse en una evaluación sumativa: esto debido a múltiples factores, de manera que la evaluación formativa es fundamental. Las calificaciones, por ahora, deberían quedar en pausa para un futuro regreso a las clases presenciales, de ahí la importancia de que las tareas y trabajos ya sean escritos digitales, cápsulas de video u de otro tipo, se tome el resguardo de almacenarlas de manera que sirvan como evidencia para el momento de asignar una calificación.
Cuéntanos si tienes algún tip para compartir que te haya ayudado a sobrevivir en estos tiempos complejos. Nos puedes indicar tu nombre, asignatura y enviarnos la sugerencia que podríamos incluir en un próximo artículo. Recuerden que cuando trabajamos todos juntos, el trabajo se aliviana.
¡Mucha fuerza!
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