
¿Cuál es la relación entre la astrofísica y la industria militar? Puede parecer una relación lejana, pues los científicos están mirando las estrellas, mientras que los estrategas militares tienen sus ojos puestos en la tierra; pero desde su inicio, la astrofísica, como otras ciencias, ha tenido una estrecha relación con la milicia y sus avances.
En ocasiones han sido progresos pensados para la guerra los que han hecho avanzar a la ciencia y otras veces son descubrimientos científicos los que actualizan la forma de entrar en batalla. Un ejemplo es el telescopio, uno de los secretos mejor guardados para la guerra, que si bien no es un arma, en su momento marcó una diferencia importante en la guerra entregando una ventaja táctica, pues permitía ver mucho más que la persona con la mejor visión, a su vez facilitó la observación del cielo como poder distinguir con más detalles los astros, por ejemplo, ver las marcas de la luna: “Desde su nacimiento, el telescopio representó la convergencia de la guerra y la astronomía. Era, obviamente, un instrumento de doble uso. Cualquier cortesano podía ver que revolucionaría tanto la recopilación de inteligencia como la observación del cielo.” p. 171
En otras ocasiones, cuando se buscó mejorar los artefactos para mirar el cielo, lo que finalmente se logra es poder mirar con mayor atención y detalle lo que fuera, lo que incluía al enemigo, lo que significaba que conociendo mejor al otro, se obtuviesen mejores sistema de control. En este sentido, muchos artefactos o técnicas si bien tienen doble uso, se descubrieron por servir a la guerra: “Los mapas celestes, los calendarios, cronómetros, telescopios, mapas, brújulas, cohetes, satélites, drones: estos no fueron emprendimientos civiles inspiradores. Su meta era el dominio, fue incidental el aumento de conocimientos.” p. 19.
Página tras página los autores, a través de múltiples evidencias, nos van confirmando que existe entre la astrofísica y la guerra una relación de mutua dependencia, ambos se sirven el uno del otro, en ambos casos van hacia objetivos distintos, pero con las mismas herramientas. Ambos miran un mismo objeto, pero desde perspectivas distintas, el vasto espacio para los científicos es una cosa, para los militares otra: “para los primeros es un laboratorio; y para los segundos, es un cambio de batalla. El explorador lo quiere entender; el soldado lo quiere dominar.” p. 36
Ahora, ¿por qué la astrofísica es tan importante en el ahora? Porque actualmente la lucha por el control se determina en el espacio, quien controle el espacio será la superpotencia. Es un terreno que, a la fecha, se han mantenido relativamente neutro, pero no está exento de ser una de las mayores posibilidades de control: “Si la capacidad de monitorear los movimientos de un enemigo siempre ha sido necesaria para el éxito militar, ¿qué podría ser más útil para una superpotencia espacial del siglo XXI que la capacidad de monitorear no solo nuestro planeta entero sino también de la envoltura circundante del espacio” p. 231-232. La pelea ahora es entre quienes logran tener el espacio, a través de satélites, haciendo uso de una parte mayor o menor del mismo. Si antes había certeza de que Estados Unidos era quien tenía el poder y control y que, de alguna manera, resguarda e intenta mantener la neutralidad en el territorio fuera de la Tierra, lo cierto es que ya no es así, pues está el caso de China que ha tenido progresos impresionantes.
Si bien, el tono de la obra puede sonar un poco amargo, los autores terminan el libro con esperanza. Actualmente las guerras se producen porque la Tierra cuenta con recursos limitados, recursos que se encuentran en los asteroides y que podría ser explotados para uso humano, como el caso del agua. Por lo tanto, este momento de grandes avances podría constituirse como una oportunidad para frenar las guerras e instalar un espacio de cooperación.
Es un libro interesante y entretenido, aunque sean bastantes páginas se lee con rapidez. Tiene muchas anécdotas que hacen amena la lectura y avivan la curiosidad. Incluso cuando los problemas puedan parecernos tan grandes, si recordamos lo que somos dentro del universo podemos situarnos mejor en el contexto y es que, además, hay algo en nuestra atracción hacia el cielo y su vastedad. Finamente somos polvo de estrellas y mirar el cielo es volver la cara a un espacio familiar.
Título: Ciencia y Guerra: El pacto oculto entre la astrofísica y la industria militar.
Autor(a): Neil de Grasse Tyson y Avis Lang
Traductor(a): Sonia Verjovsky Paul
Editorial: Paidós
Año: Marzo 2020
País: Chile
Número de páginas: 656
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