
Este es un libro acerca de la primera guerra mundial, pero no es como el clásico libro de historia que narra fechas y hechos, tampoco es la historia de la vida privada de los protagonistas, sino que es una historia novelada desde lo que se sintió como colectivo, desde el agobio de la guerra. En cierta medida tiene mucho de ficción, pero se entiende que aunque no tenga un nombre en particular de un o unos soldados, sí tiene coherencia respecto al sentir y a la experiencia de la guerra. Para aclarar esto, te dejamos un pequeño extracto: “El agotamiento se apodera de todos: los alemanes, los franceses, los ingleses duermen de pie, se tropiezan, se caen. Comen conservas de buey, mascan galletas. Los soldados se tambalean en la intensa luz, con la visera echada. El sol pega fuerte. El polvo se adhiere a la cara. Los pies sangran.” (p. 128).
“La Batalla de Occidente” parte inmediatamente, sin prólogo, sin palabras preliminares. Entrar en este libro es entrar directamente en los sucesos, es situarse frente al hecho histórico.
Comenzamos antes de la guerra en un panorama de aparente calma, en un equilibrio precario previo a un conflicto. De pronto, los sucesos ocurren vertiginosamente y el conflicto comienza a escalar, entonces asistimos a un sinsentido de países queriendo demostrarse poder, un sinsentido porque la guerra no se desata porque hubiese realmente un conflicto, sino más bien por una excusa: “En lo sucesivo, los serbios quedan lejos del escenario de los combates, que les den; han desempeñado su papel extático, provocador.” (p. 79).
Surgen los nombres de conocidos personajes, que hacen planes desde afuera, planes que suenan bien en la teoría y que pudieron funcionar, pero hay humanos de por medio , lo que significa que hasta el plan perfecto puede arruinarse.
Quizás lo más importante que busca mostrar su autor, Éric Vuillard, es que detrás de la guerra hay personas, no esas que pasan a los libros de historia, sino los ciudadanos de los países que se ven arrastrados en esta guerra en nombre de una patria a la que no les importa arrojar hombres a la muerte; en este punto radica el sinsentido de una guerra donde una élite determina a puertas cerradas comenzar una batalla donde no importan las personas que morirán, que sufrirán o quienes quedarán con traumas físicos o psicológicos el resto de sus vidas.
En “La batalla de occidente” nos sentimos en medio de la guerra. La narración es rápida, llena de adjetivos que nos hacen asistir visualmente a lo ocurrido y visceralmente también. El libro cumple con la promesa de la contraportada de mostrar la irracionalidad de esta guerra, donde no hay sentido, donde las personas que van a la guerra nada tienen que ver con lo que sucede: “Los soldados comprenderán muy pronto que los han mandado hasta allí para algo que nada tiene que ver con lo que les han dicho, muy pronto sabrán que el deber, la patria, Alemania y Francia, ¡en fin!, son un decir, historias que les cuentan para arrastrarlos lejos de sus casas.” (p. 31).
Si te gusta la historia, es un libro recomendado para el verano porque si bien es un libro de historia la forma en que está narrado hace que su lectura atrape al lector: estamos en las trincheras y en las salas donde se hacen los planes, esto nos hace querer seguir leyendo. Independiente de los hechos conocidos es la manera en la que el autor los presenta, lo que hace, para quienes se sientan atraídos por el tema de las guerras mundiales, que este libro sea un imprescindible.
La Batalla de Occidente escrita por Éric Vuillard está editada por Tusquets editores, traída a Chile por el grupo Planeta Chile.
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