¿Por qué nos cuesta hablar de la muerte? Si consideramos que es lo único seguro en nuestra vida, porque es un tema que evitamos, más aún, es un tema que un grupo de personas está intentando evitar a toda costa, su idea es crear humanos inmortales: los transhumanistas.
Matías Reeves, autor del libro y una de las personas que trajo a Chile los Cafés de la Muerte, un espacio de encuentro donde sujetos que no se conocen (necesariamente) se reúnen a hablar de la muerte y que fue una constante fuente para este libro, pues de primera mano ha escuchado muchos de los temas que más marcan a las personas respecto a la muerte. Además, es de formación filósofo y si hay algo sobre lo que los filósofos piensan es en la muerte, pues como dice el autor, pensar y hablar de la muerte es hablar de la vida.
En el primer apartado el autor habla, en especial, de los Cafés de la Muerte, los que ocurren en todo el mundo y hablan de la necesidad de las personas de hablar de la muerte en instancias que no necesariamente se dan en la cotidianidad porque, en Chile, como en muchos otros países la muerte es un tabú. El siguiente capítulo tiene que ver con a qué nos referimos cuando hablamos de la muerte, quizás pueda sonar obvio, pero no lo es, por lo general asociamos la muerte a la vejez, pero no es así, la muerte no tiene edad y hay una reflexión súper interesante sobre el aborto, temática que a los filósofos les atrae profundamente porque tiene que ver con el existir. Seguramente, el tercer apartado es de los más controversiales porque tiene que ver con la decisión de morir y aquí también tenemos un punto de buscar un lenguaje en común, ¿qué es la eutanasia exactamente? Sabemos que en Chile no existe, sin embargo, en casos extremos se puede dejar de administrar a los pacientes los medicamentos que los mantienen vivos para enfocarse en un tratamiento paliativo del dolor, en ese caso, se da una muerte natural. Pero la pregunta que, por cierto, no está respondida, es ¿cómo es el buen morir? La mayoría de las veces en que se habla de eutanasia hablamos de casos de gravedad y de dolor, son enfermedades crónicas que no tienen posibilidad de mejorar y la calidad de vida de esas personas se deteriora, en ese caso, la cuestión es, como sociedad cuál es nuestra postura: ¿aceptar que esa persona decida cuando morir, así terminar con su sufrimiento y evitar que se siga deteriorando o apelar por mantener su vida a toda costa? No hay respuestas correctas y muchos países han debido lidiar con esto. De hecho, es muy interesante porque cuando se habla de muerte asistida, por lo general pensamos en casos de gravedad exclusivamente físicos, pero ¿qué pasa en casos de deterioro de la salud mental? Hay enfermedades mentales que no tienen mejora, en que las personas se sienten atrapadas y sin ganas de vivir. Sin duda, este capítulo no te dejará indiferente.
Para ir terminando habla de la vida, el hecho de hablar y estar conscientes de la muerte está en estricta relación con la vida ¿Qué es lo que nos agobia de morir, sino que dejamos de vivir? Pero es interesante como nos habla de que en los Cafés de la Muerte nadie piensa que morir es malo en sí mismo, la mayoría si cree que tenemos que morir en algún punto y es que la muerte le da sentido a la vida, somos finitos y, por eso, vivir conscientes de que somos seres efímeros hace que nos planteemos, ¿cómo hacer que valga el tiempo que estoy vivo? Tampoco hay respuestas correctas, pero como dice Reeves al hablar de la muerte: “Pero hacerlo es muy liberador. Hoy tengo la convicción que pensar y hablar de la muerte de manera abierta y pausada nos hace más libres. Podemos vivir la vida con una postura más consciente sobre las decisiones que tomamos, de las prioridades que tenemos o cómo nos relacionamos con los demás, ya sea con nuestros hijos, hermanos, parejas, padres, colegas, amigos o cualquier otra persona. Eso es sin duda a nivel individual, pero también a nivel familiar y comunitario.”
El último capítulo refiere a la muerte en el siglo XXII, un poco intentado cuestionarse como será la vida con los avances tecnológicos, existe la posibilidad de que inmortales convivan con mortales y qué significaría eso, ¿quiénes tendrían acceso a esa inmortalidad? Hay mucho que desgranar al respecto y no sólo respecto a si existe la posibilidad, donde todo apunta que sí, las dudas éticas son fuertes, así como si aumentará la desigualdad en el mundo.
“Memento mori” es de lectura obligatoria, sí, como suena. Si hay algo segura en la vida es que todos vamos a morir y hablar de eso en una sociedad que rehúye el tema, es necesario ¿Por qué? Porque entender que vamos a morir, entender que nuestro tiempo es limitado (y que en el mejor de los casos llegaremos a ser ancianos con buena salud) nos va a hacer tomar decisiones respecto a que hacer mientras estamos vivos. No importa la edad, es un tema que se puede hablar de manera transversal, aunque de cada edad dependerá como sea abordado, sale el ejemplo de que al hablarlo con niños pequeños es importante ser concretos porque es más adecuado para su edad. Asimismo, hay un rol importante de los educadores y la comunidad escolar por el suicidio en jóvenes, además de cómo afecta a un número importante de personas que pueden ser propensas también suicidarse. No hay respuestas correctas, pero a veces lo que se necesita es hablar abiertamente y aprender entre todos, puede que te sorprenda de quienes menos lo esperas. Muy recomendado.
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