Judith Butler es una de las filósofas más relevantes de la actualidad y fue galardonada con motivo del Premio Internacional Cataluña porque lo que editorial Paidós está haciendo es una revisión de sus obras dentro de las cuales se encuentra “Cuerpos que importan” en que continúa la reflexión de “El género en disputa”.
La autora ha logrado hacerse camino en un mundo gobernado por hombres y está afirmación no es casual (si leyeron nuestra reseña de Decididas entenderán más a que nos referimos), puesto que se decidió a ser filósofa que es un mundo especialmente masculino, pues está dominado por el logos y ella como mujer pertenece al mundo de lo físico, al mundo del cuerpo. En este sentido, el puro inicio del libro ya es una reflexión en la que ella se ve envuelta en la complejidad de continuar por el mundo del logos y, por otra parte, una corporalidad que le grita y que se apropia de los espacios. Abrirse espacio significa tener un vasto aparataje teórico y ser capaz de hacer filosofía como se hace la “gran” filosofía, pero por otro lado, reflexionar y repensar la corporalidad necesita pasar por la materialidad del cuerpo y es complejo porque cuando hablamos de literatura escrita por mujeres está se suele enraizar en el cuerpo y mucha filosofía hecha por mujeres, entonces, queda relegada a un espacio de “literatura” porque se aleja de los cánones, hay una tensión que está presente en Butler, incluso más allá del tema en cuestión, de ella como sujeto que realiza filosofía y que pueda ser considerada como tal y no quedar relegada a una cuestión literaria.

La salida de Butler, quien ya ha instalado su nombre dentro de los pensadores, es el lenguaje, uno que tiene muy en consideración la dificultad existente entre la materialidad y lo discursivo existiendo entre ambos una relación indivisible. El género se realiza en el cuerpo, pero no es puramente cultural como se suele creer, pues si fuese solamente una cuestión que uno eligiese y conscientemente convirtiese en performance, si fuese algo que uno se pudiese poner y sacar como si fuese ropa, entonces, no significaría algo tan complicado, el problema es que el género se ejerce en el cuerpo, pero no es una elección necesariamente (en muchos casos cuando se subvierte sí, pero no estamos refiriéndonos a ese particular), sino que es la realización performática constante de relaciones de poder sociales que inscriben en los cuerpos elementos de género desde el nacimiento en adelante, incluso ciertas prácticas que per se consideran subversivas no lo son necesariamente, como por ejemplo el travestismo, en cuanto cierto tipo de travestismo lo que hace es ser una vía de escape: “El travestismo bien puede utilizarse al servicio de la desnaturalización como de la reidealización de las normas heterosexuales hiperbólicas de género” (p. 177).
Cuerpos que importan de Judith Butler es un ensayo denso que obliga a detenerse, pensar y cuestionarse las categorías clásicamente aceptadas respecto del género, creemos que es un libro que es preferible leerse cuando tienes formación al respecto de las teorías de género, así como de filosofía y no es que no pueda leerse sin ello, pero para sacar todo el provecho de la lectura creemos que es necesario tener nociones básicas al respecto.
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