En este novela nos presentan a Shevek, un científico especialista en física cuyo fin es el desarrollo de una teoría que permita crear un dispositivo de comunicación interestelar que supere las limitaciones de la física vigente. Él es de Anarres y decide viajar a Urras para poder conocer y compartir con otros colegas, sin embargo, esto es algo que resulta controversial porque estas sociedades tan distintas, funcionan más como enemigas que como aliadas.
Anarres es una sociedad donde no hay propiedad de ningún tipo. No eres dueño de nada, en ese sentido, son desprendidos. Es una sociedad que se organiza para que todo sea de todos, lo que significa que es de nadie y todo esta hecho para reducir al mínimo el desperdicio. Viven en lugares públicos, se alimentan con comida hecha para todos, visten ropa que sacan de almacenes públicos cuando la necesitan. La posesión no es parte de la sociedad, los niños tampoco son suyos o la versión de las parejas. Urras es muy terrestre para sus cosas, es el “propietariado” como lo llaman despectivamente los de Anarres; en este lugar vemos la división en muchos sentidos como la de ricos y pobres, como también la de hombres y mujeres, pues a estas últimas no les están permitidos todos los espacios, como la universidad. Algo que Shevek no comprende porque en su mundo no existe esta distinción, las personas trabajan en sus intereses que no están mediados por el sexo. Un elemento que podría distinguir a estos mundos es que Urras es un planeta mucho más rico, donde existe gran variedad de fauna y hay muchos recursos naturales, lo que hace que no tengan en cuenta que los recursos son limitados y que es importante no desperdiciarlos.
Pero ninguna sociedad es perfecta, por ejemplo, en el afán de no desperdiciar, en Anarres no existen muchos avances tecnológicos y como cada uno tiene libertad de elegir lo que hace (con márgenes porque todos deben realizar trabajo comunitario), no necesariamente lograrás encontrar a muchos en el área de conocimientos del personaje central Shevek, pero el conocimiento es poder y muchas veces no se comparte, lo cual es una reflexión interesante. En Anarres al ser tan desprendidos, lo son incluso del gobierno, por ello es que Shevek se arriesgará a ir hacia Urras y descubrir las grandes diferencias entre las sociedades, pero donde también aprenderá a apreciarlas.
El libro está narrado de manera atractiva, al principio hay que ubicarse en todo esto que nos explican mientras sucede, no es que haya grandes descripciones de lo que es, sino que en la medida que transcurre la historia se nos explica el funcionamiento de Anarres. Lo que vemos es la experiencia a través de los ojos de Shevek, del contraste de cuando está en Urras, de su vida en Anarres. El protagonista es un personaje interesante del que queremos saber más, lo comprendemos o intentamos hacerlo y vemos los choques culturales, las curiosidades, los prejuicios de las sociedades. Y es un libro sumamente actual para poder trabajar temas como el del no desperdiciar recursos, de ser sociedades más solidarias con otros, de ser sociedades que promuevan las igualdad de derechos entre hombres y mujeres, y de respeto al medio ambiente. Es un libro para llevar a la sala de clases y reflexionar.
Estamos en un punto de inflexión entre el propietariado y en camino para acercarnos a un modelo más respetuoso con el medio ambiente, donde necesitamos entender que hay ciertas cosas que son de todos, donde tenemos que cuidar los recursos no solo para nosotros, sino para las generaciones futuras. Es un libro que dialoga directamente con nuestro mundo actual y eso es lo que hace la buena ciencia ficción.
Y si no les decimos, puede que no se den cuenta que este libro fue escrito en 1974, sin embargo dada su temática e historia, podría haber sido escrito hoy. Es un libro ganador de los mayores premios en ciencia ficción: Hugo, Nébula y Locus (y más), por eso creemos que rescatarlo del baúl de los recuerdos es más que adecuado. No es porque lo digamos nosotros (sino pregúntenles a los jueces de todos los premios que ha ganado), pero es un libro excelente y creemos llevarlo al aula y trabajarlo de manera interdisciplinaria es solo ganar, sabemos que los Hugo, los Nébula y los Locus nos apoyarían.
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