El Consejo Asesor Covid-19, compuesto por nueve infectólogos y expertos que asesoran al Gobierno, propuso parámetros para saber de qué forma se debe realizar el retorno a clases presenciales. Para lo anterior se consideraron 3 criterios: epidemiológicos, asistenciales y de prevención. Todo esto en el marco del regreso a clases agendado para el 27 de abril en primera instancia y postergado para el mes de mayo.
Para poder regresar a clases de manera presencial, se deben cumplir con: número de reproducción del covid-19 sea igual o menor a 1,5; reducción sostenida o ausencia de casos nuevos por región, provincia y comuna en los últimos 14 días y que los casos sin trazabilidad no sean superiores al 10%.
Cumpliéndose estos requerimientos, el medio La Tercera se recogen las 8 recomendaciones propuestas por el consejo asesor para la reapertura de los establecimientos educacionales:
- Contar con alcohol gel, agua y jabón y toallas de papel para el secado de manos.
- Usar mascarilla dentro de la clase, incluyendo al profesor.
- Reducir el tamaño de los cursos, para aumentar la distancia entre los asientos.
- Escalonar la asistencia, así como la hora de ingreso, los recreos y la hora de almuerzo, para reducir la interacción entre alumnos. Lo mismo debe observarse entre profesores y personal administrativo.
- Pesquisar síntomas respiratorios y de temperatura corporal al ingreso a los colegios, para profesores, alumnos y asistentes administrativos y definir un protocolo de acción frente a la detección de personas con síntomas respiratorios.
- Mantener el aseo y la desinfección de las superficies.
- Contar con protocolos o guías prácticas de aseo y desinfección de recintos escolares, incluyendo la periodicidad recomendada. Este debe ser realizado por el Ministerio de Salud.
- Flexibilizar o eximir los requerimientos de asistencia a estudiantes portadores de enfermedades de riesgo y a aquellos que comparten el hogar con adultos mayores o enfermos crónicos.
La pregunta que, inevitablemente, surge es ¿estas propuestas pueden ser llevadas a cabo por los establecimientos educacionales? ¿Cuáles son los criterios contextuales considerados? Chile es un país diverso y estas recomendaciones, en muchísimos casos, no son posibles de aplicar. Por ejemplo, si los colegios rara vez cuentan con jabón ¿Cómo se pretende que haya alcohol gel, jabón y toallas de papel? ¿Quién debe hacer cargo económicamente de proveer dichos elementos? ¿El colegio o el Mineduc? Asimismo, las mascarillas y el alcohol gel son insumos que además se encuentran agotados en muchas partes. Respecto a las mascarillas ¿Quiénes se harán cargo de este gasto?, ¿los apoderados para los alumnos?, ¿el colegio?, ¿los profesores deberán comprar sus mascarillas?, ¿se regirán por la normativa que define que deber cambiarlas con frecuencia?
Sobre los insumos, si quien se debe hacer cargo es el colegio, ¿qué sucede si no cuenta con presupuesto para responder a todas las recomendaciones? Si las mascarillas y alcohol gel deben cargarse a cada persona que lo use ¿qué pasa si no tiene dinero o no encuentra disponibles en el mercado? Si los profesores serán los adultos con mayor exposición ¿Cómo se asegurará que cuenten con mascarillas con mayor cantidad de protección si no hay disponibles para el personal médico?
En relación a los horarios diferidos vemos una situación compleja porque muchos profesores cumplen más de una función o en el caso de los niveles desde quinto básico hasta enseñanza media se trabaja en general con el sistema un profesor por asignatura y de esta forma van rotando por los cursos durante la jornada escolar diaria ¿Cómo se podrán organizar los horarios para que no se solapen? Especialmente si consideramos que hay varios profesores y que en ciertos casos hay docentes que trabajan en más de un colegio.
En lo referido a los espacios, ¿cómo se pretende reducir el tamaño de un curso de 40 personas? Supongamos que en el peor de los casos lo dividimos en dos ¿Cómo se implementará ¿Una semana van 20 y la otra semana van otros 20? ¿Un grupo en jornada mañana y otro en jornada tarde? Lo que implicaría dejar de lado la jornada completa
Otro aspecto que ha quedado fuera del análisis es lo emocional ¿Se pueden tener clases lectivas en un ambiente de estrés permanente? Tenemos conciencia que estamos en medio de una pandemia y que la posibilidades de contagiarse son muy altas. Lo que repercute en un ambiente de temor permanente en los niños, niñas y adolescentes.
¿Cómo logramos que niños y niñas con espectro autista comprendan la importancia de mantener la mascarilla puesta durante todo el día? ¿Cómo solucionamos el tema de aquellos estudiantes con baja concentración, hiperactivos, con baja autoestima, que quieren jugar, juntarse, reír, correr?
Otro aspecto es ¿Qué docentes podrán volver a clases? Ya se ha señalado desde la autoridad sanitaria que hay grupos de riesgo que por ningún motivo deben volver a trabajar, por ejemplo los mayores de 65 años, personal con enfermedades crónicas, embarazadas, entre otros.
Las medidas solo nos abren más preguntas porque es una gran cantidad de trabajo adicional ¿Se aumentará la dotación de docentes y personal administrativo?
O si por el hecho de hablar dede recomendaciones, significa que si el establecimiento educacional no puede cumplir total o parcialmente ¿deberá abrir de todos modos?
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